Escuela de talentos
Escuela de Talentos
La extraescolar que enseña a los niños a brillar con luz propia
La Escuela de Talentos es una nueva extraescolar que el Colegio Montepinar ha implantado este curso, con la finalidad de ayudar a los niños a desarrollar habilidades que les hagan brillar, fomentando sus capacidades. La actividad se desarrolla a través del gabinete psicopedagógico del centro. Sus responsables, las pedagogas Adina Roca y Fátima Ballester, son dos apasionadas de su profesión y muy implicadas en su trabajo por su absoluta convicción de que cada detalle suma en el desarrollo positivo de los niños.
Ambas explican que se trata de una extraescolar diferente, que tiene como objetivo entrenar todas aquellas habilidades vinculadas con las funciones ejecutivas, que permiten tener un comportamiento flexible y dirigido a metas. «Intentamos entrenar dificultades pero centrándonos en que tomen conciencia de sus potencialidades y, sobre todo, mejorar su autoestima, elogiando su resiliencia y esfuerzo» indican. Además, su labor consiste en conectar el trabajo extraescolar con el colegio y la casa, «procuramos que su evolución llegue a todos esos ambientes para que entiendan la necesidad de participar en dichos entrenamientos, llenando su mochila de seguridad» apuntan.
La idea de denominar esta actividad ‘Escuela de Talentos’ surgió, según explican, de la necesidad de que los niños tomasen conciencia de todas sus cualidades innatas, que les pueden hacer compensar cualquiera de sus dificultades «Algunos niños perciben a diario que ciertas cosas les cuestan más que a sus iguales y eso les va minando. Nosotras decidimos darle un giro y diseñar esta actividad desde la positividad», aclaran.
Tras años de buscar ayudas en gabinetes externos, Adina y Fátima se dieron cuenta de que, en la mayoría de las ocasiones, a las familias les costaba mucho poder conciliar llevar a sus niños a consulta con sus trabajos y con la atención a sus otros hijos. “Además, entre desplazamientos, sesiones terapéuticas y la vuelta a casa, a los niños casi no les quedaba tiempo para descansar o jugar. Había mucha demanda por parte de las familias” aseguran.
El Colegio Montepinar es el único centro con una actividad de estas características ya que no se trata del estandarizado refuerzo educativo, vinculado a un área curricular, sino al entrenamiento de capacidades. «Nuestra intención es promover un correcto aprendizaje en cualquiera de las áreas curriculares. Es por ello que esta extraescolar tiene una mayor complejidad organizativa y de ejecución, con una visión a largo plazo, pero que pone las bases estables para la adquisición de nuevos aprendizajes», comentan.
Actualmente, las sesiones de entrenamiento están dirigidas a alumnos de Educación Primaria, desde los 6 a los 12 años. En ellas se entrenan distintas funciones ejecutivas como: planificación, inhibición, toma de decisiones con un objetivo y autocontrol, así como otras funciones esenciales para el correcto aprendizaje, como son la atención, la concentración, la escritura y lectura y el cálculo y el razonamiento.
Adina y Fátima explican que las sesiones no superan los 20 alumnos para que los niños puedan tener una atención personalizada por parte de las dos especialistas. El éxito ha sido tal que, de momento, todas las plazas están ocupadas por niños de los distintos cursos de Educación Primaria.
Las clases se basan en el entrenamiento manipulativo, a través de juegos, y en la motivación para conseguir sus logros. Ambas pedagogas manifiestan estar muy satisfechas con el trabajo que los pequeños están realizando. «Padres y profesores nos comentan que notan que los niños tienen una mayor agilidad mental y que utilizan trucos mnemotécnicos en su día a día» explican. Sin embargo, lo más importante es que observan que los niños se sienten más felices y seguros y que afrontan con mayor alegría y disposición las tareas. «Nuestro objetivo es que ganen en seguridad, agilidad y mejoren muchísimo su autoestima, ya que, en clase se les van dando más situaciones de éxito», aseguran.
La mejor versión de sí mismos
«Los niños se han adaptado muy bien, tienen claro a qué venimos y entienden los tiempos que marcamos para que haya un poco de todo. En el fondo, vienen a entrenar una dificultad en algo que les cuesta pero, como les hacemos tanto hincapié en el reconocimiento de su resiliencia y lo orgullosas que estamos ellos, han comprendido la finalidad de la extraescolar», comentan.
Igualmente se refieren a la satisfacción por parte de las familias que ven como, a pesar de no ser una extraescolar solicitada inicialmente por los niños sino una re-educación pedagógica que requiere de cierto esfuerzo, sus hijos están cada día más motivados. “Los padres -explican- observan que los niños están más seguros, tanto en casa como en el colegio”.
«Hemos visto a unos niños que, en poco tiempo, han pasado de acudir por decisión de sus papás, a esperar estas sesiones con ilusión, algo que vemos reflejados en sus caritas cuando vamos a recogerlos. Saben que, en nuestra extraescolar, consiguen ser la mejor versión de ellos mismos y se han dado cuenta de que les gusta esa versión. Cada vez se superan más para demostrarse a sí mismos que sus talentos son más grandes que sus dificultades», afirman Fátima y Adina.
Aunque este entrenamiento cognitivo podría trasladarse a cualquier edad, las pedagogas del centro han centrado sus esfuerzos en la elaboración y compra de materiales adaptados a la etapa de Educación Primaria. «Pensamos que es, en esta etapa, donde podemos hacer saltar la chispa de la motivación con más intensidad y, a partir de ahí, trabajar con más entrega», señalan. A lo que añaden que ésta es una etapa especialmente sensible a la motivación o desmotivación, debido a sus experiencias vitales en el aprendizaje. «Hay que llenar sus mochilas de vivencias positivas, naturalizando y generando situaciones de éxito en su entrenamiento, ligándolo al trabajo en equipo en su aula y con sus profesores. Es necesario que sean felicitados por sus logros y esfuerzo», concluyen.
Tanto Fátima como Adina cuentan con muchos años de experiencia en su profesión y aseguran seguir profundizando y actualizando sus conocimientos para poder adaptarse mejor a las nuevas corrientes pedagógicas, realizando formación específica en todos esos aspectos. «La vocación nos mueve a sacar lo mejor de nuestros niños, haciéndoles creer que con resiliencia pueden brillar con todos sus talentos» aseguran.
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