Lorena Baixauli agradeciendo la oportunidad de desarrollar su talento literario, tras recibir el premio.
Lorena Baixauli, alumna del Club de Escritura del Colegio Montepinar, ha ganado el I Premio, en la categoría infantil, en la I edición del Concurso Internacional de Relatos del Barrio del Carmen. Lorena cursa 1º de la ESO y ha ganado este premio con un relato muy original y cargado de intención que se titula ‘El lobo y Caperucita Feroz’.
En total, 630 escritores procedentes de diversas comunidades españolas y de quince países han participado en este certamen, organizado por la Junta Vecinal del Barrio, en colaboración con la Red de Bibliotecas Municipales del Ayuntamiento de Murcia. El objetivo de este concurso, según sus impulsores, es contribuir a la difusión de la literatura y reconocer el talento de los autores que la ejercen, así como alentar y fomentar la escritura para personas de todas las edades.
El jurado, compuesto por Antonio Botías, escritor, periodista, Cronista Oficial de Murcia y presidente del Jurado; Francisco José Motos, escritor y guionista; María José Cárceles, periodista y comisaria de exposiciones; Juan Carlos Calderón, actor, locutor y director de radio; Inés Hellín, coreógrafa, bailarina y gestora cultural; Charo Guarino, escritora y profesora de la Universidad de Murcia; Andrés Guevara, realizador audiovisual y guionista; Victorio Melgarejo, director de Exlibris Murcia, han seleccionado el trabajo de Lorena entre los 75 participantes que competían en su categoría.
Lorena Baixauli es una de las alumnas que participan e el Club de Escritura de nuestro colegio, que dirige la profesora María Pérez-Tomé. Se trata de una iniciativa única en los colegios de nuestra Región y que tiene como finalidad alentar la creatividad literaria de los alumnos a través de la escritura. Tras recoger el premio, Lorena dirigió palabras de agradecimiento hacia su familia y hacia el colegio por permitirle desarrollar ese talento y crecer como escritora.
Aquí os compartimos su relato ganador.
Un momento de Lorena en una de las sesiones del Club de Escritura de colegio.
Caperucita Roja salió a llevarle unos dulces a su abuelita. Un zorro vio a Caperucita Roja y le pareció muy apetitosa.
—¿A dónde vas Caperucita Roja? ¿Quieres venir a comer a mi madriguera?
—Amigo zorro, eres muy amable, pero no puedo. Hoy he quedado con el Lobo Feroz para comer.
—¿El Lobo Feroz? ¿Qué es un Lobo Feroz?
—¡Pues un Lobo Feroz! ¿Es que no lo sabes? Tiene unos colmillos muy afilados, unas garras muy puntiagudas y unos dientes enormes.
—¿Dónde has quedado con él?
—Justo aquí. Por cierto, su comida favorita es el zorro asado.
—¿Zorro asado? ¡Me voy! —exclamó el zorro.
—Adiós, Caperucita Roja —Y se fue corriendo.
—¡Qué zorro más tontorrón! No sabe que no hay ningún Lobo Feroz en esta zona.
Caperucita Roja siguió con su camino a casa de su abuelita. Una serpiente vio a Caperucita Roja y le pareció muy apetitosa.
—¿A dónde vas Caperucita Roja? Te invito a un banquete en mi tronco.
—Amiga serpiente, eres encantadora, pero no puedo. Hoy tengo un delicioso banquete con el Lobo Feroz.
—¿El Lobo Feroz? ¿Qué es un Lobo Feroz?
—¡Pues un Lobo Feroz! ¿Es que no lo sabes? Tiene los ojos de color naranja, una boca enorme y un hocico para rastrear a los animales.
—¿Dónde has quedado con él?
—Justo aquí. Por cierto, su comida favorita es la tortilla de serpiente.
—¿Tortilla de serpiente? ¡Qué horror! ¡Tengo que esconderme! Adiós, Caperucita Roja —.Y la serpiente se marchó deslizándose.
—¡Qué serpiente más tontorrona! No sabe que no hay ningún Lobo Feroz en esta zona.
Caperucita Roja siguió con su camino y, al cabo de un par de minutos, llegó a casa de su abuelita. Cuando abrió la puerta, le pareció ver a un ser con unos colmillos muy afilados, unas garras muy puntiagudas, unos dientes enormes, los ojos de color naranja, una boca enorme y un hocico para rastrear a los animales.
—¡Oh, ya has llegado Caperucita Roja! Ahora me toca comerte a ti. Seguro que tú estarás más sabrosa que tu abuelita.
—¿Me lo dices a mí? ¡Pero si soy el ser más espantoso de todo el bosque! Ven conmigo y enseguida verás que todos huyen de mí.
—Ve tú delante, yo te seguiré —dijo el Lobo Feroz muriéndose de risa.
Caminaron y caminaron hasta que el Lobo Feroz dijo:
—Oigo un silbido entre esos troncos.
—Es la serpiente —afirmó Caperucita Roja— ¡Eh, hola serpiente!
La serpiente le echó un vistazo al Lobo Feroz y dijo:
—¡Caramba! ¡Adiós, Caperucita Roja! —Y se fue detrás de los troncos.
—¿Has visto? Todos me tienen miedo —insistió Caperucita Roja.
—¡Asombroso! —dijo el Lobo Feroz.
Caminaron un poco más hasta que el Lobo Feroz anunció:
—He oído unas pisadas por ahí.
—Es el zorro —afirmó Caperucita Roja— ¡Eh, zorro! ¿Qué tal?
El zorro miró al Lobo Feroz
—¡Socorroooo! —dijo el zorro— ¡Adiós, Caperucita Roja! —Y se fue corriendo a su madriguera.
—¿Has visto? —comentó Caperucita Roja— Todos me tienen miedo. Ahora me está entrando mucha, pero que mucha hambre. Sabes qué, mi comida favorita es la empanada de lobo.
—¿Empanada de lobo? Mejor me voy.
Y el Lobo Feroz se fue corriendo como un rayo.